Unas tres mil personas aproximadamente se apersonaron a la zona turística de este puerto para pasar su Viernes Santo en pleno contacto con el mar, el sol y la arena porteños.
Desde las 10 de la mañana comenzaron a llegar masivamente los paseantes tanto en carros particulares, camiones, autobuses rentados y de excursión provenientes de distintas partes del interior del estado, del país y los que residen en el puerto y comisarías.
Con los bolsillos llenos, pues muchos cobraron desde el día jueves, los visitantes llegaron para disfrutar de un rico desayuno en el mercado municipal, degustando desde cochinita, pescado frito o chicharra, para luego dirigirse a la zona turística.
Allí, en el malecón tradicional, muchas familias, grupos de amigos y parejas, disfrutaron de un solo radiante, aunque afortunadamente no hubo bochorno, por lo general estuvo agradable el clima de 26 grados con sensación térmica de 27.
Las ventas estuvieron bien a decir de restauranteros, comerciantes y prestadores de servicio; tuvieron buena venta productos como kibis, juguetes inflables, paseos en banana, granizados y paletas, entre muchos otros.