Progreso.- Ante una iglesia parroquial llena, el vicario Fernando Pan Aranda ofició la misa correspondiente al Miércoles de Ceniza en el que destacó que “en este tiempo queridos hermanos, se va a ponderar la confesión, sería muy importante que durante estos 40 días, podamos preparar una bella confesión una bella reconciliación con el Señor.

Y buscando el anhelo del Sacramento de la Reconciliación, para que realmente cada domingo de Cuaresma, podamos participar con ánimo, de saber que nuestra vida está en esta continua Acción de Gracias; el trabajo más importante durante este tiempo Cuaresmal no será simplemente recibir este signo en la frente, sino que será llevar este signo al corazón como la intimidad en la que Dios nos llama a convertir nuestra vida.

Hoy la pregunta que tiene que perdurar en esta jornada, la pregunta que tiene que perdurar en este día de Cuaresma: De que depende el convertir mi vida?, A que estoy invitado a convertir mi vida en este mundo? Que me hace falta para ser feliz?, para estar en paz, para ser feliz, no le temo a nada, estoy limpio ante los ojos de Dios, sería una buena pregunta para iniciar el tiempo de Cuaresma, para invitar a nuestro corazón, desde esa intimidad en la que Dios nos llama a caminar estos 40 días.

Vamos a pedir a nuestro Señor Jesucristo que con estas actitudes, nuestro corazón también pueda ir de la mano, y no está demás recordarles que la Iglesia justamente en este día, nos invita a tener el ayuno y la abstinencia.

El ayuno tiene que ser así como Jesucristo se privó de algo en el desierto, recomendado para mayores de edad y que no alcanzado la tercera edad; la abstinencia tiene algo que se ofrezca realmete al Señor, por ejemplo la abstinencia de las redes sociales.

Cada uno de nosotros mirará su corazón y sabrá donde en ocasiones nuestra vida se desgasta y a eso hay que atenderlo, para que sea una agradable para que en estos tiempos de Cuaresma sea lo mejor que ofrecemos al Señor, y a participar de los días Santos, nuestro interior, nuestra casa interior esté dispuesta a decir: Señor estoy en paz, he caminado contigo 40 días, aqui está mi vida, te la presento, contigo quiero morir y resucitar, caminar en la cruz y acompañarte en la Resurreción, hoy que vamos a recibir la ceniza, sea un signo continuo de conversión.

Sabemos que el Miércoles de Ceniza son una fecha de purificación y penitencia, pero también es cierto que el signo de la ceniza puede ser tan llamativo que nos quedemos pensando que en que somos buenos cristianos por lo que debemos recibir la ceniza.

Pero el verdadero signo y el verdadero motivo por el cual recibimos la ceniza es el recuerdo de la voz diciendo que todos los días debemos convertir nuestro corazón; es el recuerdo de la voz de Jesucristo que todos los días nos recuerda que nuestra vida está llamada a la salvación.

Hoy queridos hermanos iniciamos este caminar de la Cuaresma, los 40 días hacia los misterios de la Pasión, Muerte y Resurreción de nuestro señor Jesucristo; que el signo de la ceniza no sea solo un signo intermitente, que no sea solo el signo que hay que recibir y de aqui nos vemos, si es así, hasta los días santos.

Debe ser el signo continuo de compromiso, de llevar en la frente el deseo y el anhelo de que nuestra vida se convierta en el Señor, y ese deseo y ese anhelo de conversión, se lleva con la misma actitud que hoy Jesucristo lo dijo en el Evangelio: “Tu padre que ve lo secreto, te va a recompensar”.